Así, como si estuviera en primera fila de infantería
caminaba (in)concientemente y directo
al que sería su fin.
Pero de alguna forma él sabía que debía hacerlo
era mejor recibir el disparo hoy, ahora,
que seguir con el miedo al posible disparo de mañana.
Había sido su mejor guerra.
Muy breve, pero cantidad no es lo mismo que calidad.
No se le escapaba nadie que tuviera distinto uniforme.
Tomaba su rifle y sin pensarlo dos veces un disparo directo a la frente.
Pero esa misma mañana él supo que ya todo seria diferente.
Dicen que no hay mejor forma de conocer a tu enemigo que en combate.
Tal ves sea cierto, pero esta vez la teoría no funciono del todo en la práctica.
Siempre le dijeron que tuviera cuidado.
Ana lisa, su mujer, siempre quiso advertirle del peligro.
Pero él, haciendo oídos sordos, partió.
Podríamos sentarnos a discutir que es mejor:
Hacer lo que uno quiere hacer,
o hacer lo que uno tiene que hacer, a pesar de no quererlo.
Sería una tarde grata
pero creo que no llegaríamos a ningún puerto.
O tal ves si, a tu puerto.
Era un soldado inexperto, por eso trató de hacerlo lo mejor que pudo.
Los comandantes le tenían mucho cariño y decidieron dejarlo a su suerte.
El decidió experimentar esa guerra de muchas formas para aprender.
Disparo a distancia,
ataques sorpresa,
enfrentamiento a mano limpia, incluso.
No por mala suerte, era por que él así lo quiso.
Ese día no esperó que lo recibieran con un café como en otras ocasiones.
Sabía que no iba a haber música agradable para recibirlo tampoco.
A lo más un beso en la mejilla,
a lo menos un beso en la mejilla.
Pensé: "Cuando me toque matar a mi enemigo creo que seré un poco menos cruel.”
pero ese sería un acto bastante hipócrita.
Todavía no acepta que esta muriendo, o que ya esta muerto.
Desea seguir combatiendo. No por amor a la patria,
este soldado no es de los patriotas.
Desea seguir combatiendo por amor, por egoísmo.
Quiere llorar su muerte, pero estás lágrimas no desean salir y ver lo que pasa allá afuera.
Sabe que fue una linda batalla y que esta quedará en su memoria,
pero no le importa el futuro ni el pasado,
y en el presente esta no tiene mucho protagonismo.
Todo fue tan rápido que recien se está dando cuento que la guerra está empezando.
Está en un limbo,
está la posibilidad de volver,
como la de no.
Ahora todo le recuerda su combate.
Los olores de las plantas,
las nubes en el atardecer,
los colores del cielo,
las plazas,
los libros,
la música,
el licor,
el cafe,
el agua,
el verano,
la primavera,
el invierno,
y el otoño.
Las bancas.
Malditas las bancas donde lo mataron.
Benditas porque fue ahí donde comenzó esta guerra.
Tristes las bancas porque ya no las acompañan y
felices porque saben que fue una guerra como ninguna,
y no será la ultima.
Por eso, prefiero decir hasta luego.
-Carta a Quiên (VI)-
1 comentario:
oyee! eres talentoso
oyee! feliz año nuevo :)
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