miércoles, julio 2

Cartas a Quiên

- XIII -

Lo acepto, llevo una enfermedad para este mundo.



Tuve miedo de contarlo,

pero hoy voy gritândolo cuando camino por la calle
descalzo.

Y no,

no tiene cura.

No tiene cura, porque no la han querido crear.

No tengo cura, porque no me han querido curar.

No tendrâ cura, porque la sociedad no se quiere.



Y si haz de venir a buscarme,

aquî esperare:

Calle 25 de la Gran Avenida (3er semâforo).



Si no me encuentras ahî,

no pienses que he tomado la decisiôn de huir.

Si no me encuentra ahî,

vaya a buscarme a los cerros,

y serê yo el ûnico que vaya zig zagueando.



N

unca es demas

iado tarde para salir a encontrarme.



Y solo te pido un favor:

cuando lo hagas,

trae un paquete de cigarros que me los voy a fumar.



Todos los dîas,

luego de esperar los 28 segundos correspondientes
en el 25 de la Gran Ave.,

llego a mi casa sin ganas de nada.

Llego, aprendo un poco de mapudungun
y luego escribo.

Asî todos los días.

Asî cada bendito(!) dîa.

Me gusta la compañîa,
pero no soy de los que llama.

Me gusta tu compañîa,
pero no soy yo el que te llama.



Asî que lo ûnico que ahora espero,

es que mañana,

la prôxima persona a la que vea,

seas tû que traes contigo mi paquete de cigarros.


Gracias por creer y salir a encontrarme.


-Carta a Quiên (XIII)-

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